Wednesday, April 9

Carta.-

Me senté en la cama y comencé a llorar... las lágrimas se asomaron tal cual ahora.
tu recuerdo llegó a mi mente y debe ser por que posiblemente se acerca una fecha.
De esta no tengo registro en mis manos, pero mis ojos ven el silencio.
Tu dolor lo hago mío, y lo vivo.

Imagino que te ausencia se hace más lejana de lo normal, ahora que ya no hablamos y
más se desvanece tu sombra. Comienzo a creer, debido a lo ocurrido, que podrías
tomar la misma determinación que él hace un mes, dejándote caer entre la desesperación
y la racionalidad de la vida, olvidándote de todos y más aun de mi, creo que temo al olvido y a tu ausencia física, de no saber en donde encontrarte, de no saber que armas tomar para poder abrazar tu cuerpo ya frío, de no saber a donde llamar para compartir contigo y más aún para reírnos juntos como lo hacíamos hace unos cuantos años atrás.
Yo sé que ya pronto se darán las circunstancias para verte de nuevo, así lo quiero. También sé que hay muchas cosas que no me atrevo a decir, sino que las doy por hecho. Así como sé que no leerás esto por que no quiero que recuerdes momentos difíciles que te hicieron llorar y sentirte solo. Siempre te he querido como amigo, mi mejor amigo, no solimos contarnos problemas, sino que simplemente dejamos estos de lado, implícitamente, para disfrutar de la compañía del otro y de los otros, aquellos que también compartieron en nuestro viaje.

He sentido... he imaginado, sin querer, una vida contigo, porque sé que seríamos felices...siento que me estoy despidiendo, pero no es así... Te rechacé y lo recuerdo muy bien, no fue nada agresivo, pero quiero decir esto, nunca nunca te he querido hacer daño, pero es que en ese entonces me dio miedo perder nuestra amistad, era eso lo que valía para mi, siempre he preferido un amigo antes que cualquier otra cosa, y creo que la perdida tarde o temprano debe ocurrir... si es que ya no esta ocurriendo.
Amigo ausente y distante, esto tampoco te lo he dicho, pero me agrada tu manera de pensar, de decir las cosas, así como también escuchar tus consejos, esos que nunca te he pedido y han llegado solitos. Me hacían reír, sí reír, tú sabes que me gusta... todavía.
Supongo que ha estas alturas de la vida ya nos encontramos cambiados, más maduros talvez y con el cuerpo algo cambiado. Aun así guardo tu recuerdo conmigo para los momentos de tristeza y de fomedad.
Ya tengo los ojos imposibles.
Además de creer que he dicho más de lo que pensaba y sentía.

Amigo, tengo la esperanza de que el cielo ya se despejará, para poder encontrar tu mano y de esta manera volver a caminar por los senderos de esta, que puede ser una maravillosa vida, sin dolor y sin olvido.
Te amo!

No comments: