para saber si mis ojos alcanzarán a dibujar tu silueta esta noche de eclipse.
Camino bajo tu recuerdo cautelozo, queriendo que tu mano
roce mi rostro, como dejando caer mi mejilla en tu palma.
La brisa que corre en estos momentos trae a mi tu perfume de niño soñador
... mi sonrisa hacia el suelo... como queriendo esquivar tu presencia que por alguna parte debe estar...
Descanzo de esta caminata a los pies de un manzano,
cobijandome entre éste y las yerbas de este campo frondoso que pareciera tener la textura de tus cabellos. Mas desde aquí diviso tu sonrisa en la libertad infinita, allí donde cruzan los astros
y se pierden los deseos...
Despierto de la volatilidad de este ensueño para esbozarme en los pasajes del crepúsculo
y encontrar algo que satisfaga mi verdad y así no acostumbrarme a verte donde no estas...
Hoy ya tuve tus manos por ejemplo, tu perfume entre tu recuerdo y mi aliento... pero de este cuento sólo cuenta hallar el fin de tu cuerpo cerca del mio.